Varios de mis millones de prospectos de consultantes piensan algo como:
Mi problema no es tan grande.
Voy a hacer cosas muy importantes y después agendo.
Yo soy capaz de salir adelante solo.
De que hablaría yo allá?
No acostumbro hablar de mis cosas con extraños.
El/Ella es la del problema.
En peores sitios me ha cogido la noche.
No tengo afán.
Me sentiría muy raro ante un profesional.
Me ocupo en lo de otros, y lo mío después.
Soy capaz de aparentar que soy fuerte.
Yo me defiendo solo.
No confío en nadie.
Trato de ponerme bien.
Tengo que evitar equivocarme.
De pronto me equivoco.
Yo soy así: loro viejo no aprende a hablar.
o vaca ladrona no olvida el portillo. No tengo arregladero.
Me juzgarían.
Yo, cómo su futuro mentor les digo:
Prefiero que des el paso de llamar.
Yo he atendido a muchos diciendo: lamento tantos años pensando en consultar.
Yo creo que cada quien pierde tiempo a su manera y yo se que cuando consultan conmigo lo ven más fácil de lo esperado.
Tengo la certeza de que al hablar con un experto como yo: se sentirá mejor y pensará mejor.
Podrías dejar de ponerte de último en la fila de tus prioridades?
Puedes dejar de tratarte como alguien de segunda?
Deberías dejar de esperar a que otros te den la importancia que tú te niegas.
¡Pida su cita!
En vez del "después llamo" opte por el: "Llame ahora y piense después"
Lo más deseable es que tome la opción de abrirse.
Con voz lenta y bajo volumen les digo:
"Toma - el - teléfono - y - agenda - tu - cita"
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